viernes, 10 de septiembre de 2010

Pesadilla Kafkiana

7:10 AM Despierto sobresaltado. Mi despertador made in Taiwan no funciona.


7:15 AM Desayuno a la velocidad de la luz. Galletitas de soja y café. Lo veo a Juan Valdés en el paquete de café, más pelirrojo que de costumbre

7:28 AM Subte. Me marea un poco el aroma a Pino Colbert de algunos pasajeros. Sin embargo el viaje transcurre con normalidad, hasta que un tal Segovia me intercepta a la salida del túnel: "Paro sorpresivo, muchacho".

"Para que la gente no diga que le impedimos viajar ahora hacemos los paros al revés: viajar viajan, pero les impedimos la salida."

"Dejame pasar", le dije, "me llamo Pablo Mármol", mentí.
"Ah, si es amigo de Vilma pués pase, pase", dijo.

7:35 AM Ya en la calle, noto horrorizado dónde me dejó el subte: Bullrich y Gonzales Oro.

7:38 AM Puesto de diarios. Pido Página 12.
"Hoy no llegó", dice el canilla,"se inundó la calle, y el bote se hundió en Humbolt y Santa Fe"
"Pero, Clarín sí llegó", le retruqué.
"Sip", respondió con una sonrisa cínica.

7:40 AM Desesperado por el atraso, corto camino por el terraplén. Un ferroviario con la cara de Morales me impide el paso: "Por acá no se puede "recortar" camino. Un tren se salió de la vía, se "descarrió".
"Qué milagro!", le dije, a lo que el tipo cayó al piso como fulminado por mis palabras, dando convulsiones y echando espumarajos por la boca.
Rápidamente acudieron sus colegas, "Qué fue lo que le hizo?", me interrogó uno con la cara de Iglesias.
"Yo sólo le dije Milagro", expresé inocentemente.
"Pero, cómo!!" gritó desencajado, "lo vamos a denunciar, cuando la jueza Sarmiento esté de turno".

8:00 AM Para cortar camino entro a la SRA.
Sin querer piso algo blando y hediondo. "Pero qué "enchastro"!, mire por donde camina!", era De Angelis.
"Pero, acá hay bosta por todos lados", dije.
"Y qué quiere, es mi toro Cleto, desde que le enseño a contar anda con una diarrea bárbara"
"Sabe contar?", dije sorprendido.
"Si, pero hasta 35 nomás".

95.3 FM Súbitamente recuerdo dónde trabajo: en el Zoo.

No bien entro, me recibe un capataz: "Tarde otra vez, apúrese a limpiar la jaula del gorila", me ordenó mientras me alcanzaba una pala.

C5N "Pobre gorila", pensé, "acá encerrado, mientras en tu lugar natural seguramente serías feliz".

De pronto, para mi sorpresa, el gorila me habló: "Amigo, brindás conmigo?"
Me extiendió su mano con una copa de vino Menem.
"Por qué brindamos, se puede saber?", le dije amablemente.
"Porque soy libre, TN lo dice".
No quise contradecirlo.
"No sabés si Sofovich va a volver?" me dijo mientras bebía.
"Y... sí", pensé, "es un gorila".

Fin del sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario